domingo, 11 de enero de 2009

ISMOS

[Muchos fuegos están ardiendo bajo el agua. EMPEDOCLES


ISMOS


Procedente de la terminación ismo agregada a la denominación de estilos, como clasicismo o cubismo, esta palabra ha venido a significar el conjunto de tales tendencias. Ante la avalancha de los ismos contemporáneos, muchos consideran que se trata de un concepto inútil o perjudicial. Es posible que algunas tendencias que han llegado a autodenominarse sea su nombre lo único que, en verdad, pueden ofrecer, pero esos movimientos habrían surgido igualmente y sólo su nombre habría variado. Por el contrario, la sistematización que supone el poder dar una homogeneidad terminológica, debida a la terminación a que nos referimos, constituye una gran ayuda para penetrar en el laberinto de las tendencias y estudiarlas, bien aisladamente, o en su conjunto. Ya que hablamos de tendencias como un todo, bueno será que digamos que éstas, dentro del mismo, se construyen por contraposiciones, formando una especie de totalidad que, con términos geométricos, denominaríamos poliédrica. Si se realiza el análisis de este espacio ideal, constituido por la suma de las tendencias, se comprueba un hecho importante. ¿Por qué se suceden los movimientos artísticos? ¿De dónde surge la necesidad de lo nuevo? Por dos razones: porque cada obra de arte presupone la identificación de una serie de valores históricos y, dado que estos momentos no se repiten textualmente, para que haya arte auténtico, debe haber arte nuevo, en la medida que hay nuevas condiciones, y porque esta adecuación constituye a su vez una historia; la historia del arte y de la técnica del arte, entrando esta última ya en la plena consideración de ciencia. En arte se trata, pues, como en ciencia, de no inventar nada que esté descubierto y explotado. De ahí la necesidad de ese valor inventivo, que viene a agregarse a los valores puramente emocionales y a los formales tradicionales, para modificarlos y crear nuevos aspectos a la cosa artística.]


Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de los ISMOS, Madrid, Siruela, 2006.

3 comentarios: